20 / Febrero / 2022
Uno de los grandes problemas de este tipo de personas (ya sean hombres o mujeres), no es la presión exterior, sino más bien que se autoexigen por el qué dirán, por el qué pensarán, o por el miedo a que las cosas no salgan bien: «Si no lo hago yo, ¿quién lo va a hacer? Esta gente lo hace todo mal...». A veces, el miedo aparece cuando creen que si dejan de presionarse ellos mismos entonces rendirán menos. Hay muchos ejemplos y cada persona es distinta, pero debemos comprender que la autoexigencia en exceso, a la larga, suele tener un efecto contrario que termina por inhabilitarte poco a poco, te estresa todavía más y termina por hacerte más daño. Cuidado con los jefes maltratadores o abusadores, ¡eres un blanco perfecto!
Aprender a relajarse cuesta tiempo, del mismo modo que aprender a delegar responsabilidades o a no ponerse nervioso si no puedes llegar a todo. La vida nunca es perfecta. Pero recuerda que no es una carrera donde debes ir al 100% porque tarde o temprano te caerás. Hay momentos para correr pero, lo quieras aceptar o no, también hay momentos donde debemos contemplar el paisaje y perder un poco de tiempo... No te exijas tanto, y tu espalda te lo agradecerá.
En mi consulta no sólo hago todo lo posible para relajar ese estado físico-tensional, sino que intento mostraros a qué nivel estáis y cómo esto os puede perjudicar. Un buen psicólogo es muy útil en estos casos (y muchas veces suelo derivaros), ya que cambiar hábitos y aprender a gestionar todas estas cosas es fundamental para ser feliz y trabajar con cierta tranquilidad. Porque tu estado físico, muchas veces no es más que un reflejo de tu estado mental (y al revés).